La Casa Blanca
Oficina del Vicepresidente
EL VICEPRESIDENTE: Secretario, muchísimas gracias por su hospitalidad esta mañana y por el extraordinario liderazgo que ha ejercido en su rol como secretario de Estado de los Estados Unidos de América.
Presidente Hernández, presidente Morales, vicepresidente Ortiz, Sr. secretario, secretaria Nielsen y coanfitriones de México, secretario de Relaciones Exteriores Videgaray y secretario de Gobernación Navarrete: quiero decirles que es un honor. Es para mí un honor estar con ustedes, por segundo año consecutivo, en esta Conferencia Anual sobre Prosperidad y Seguridad en América Central. Bienvenidos nuevamente a Washington D.C. Agradecemos su participación y su colaboración en este esfuerzo durante el último año.
Permítanme transmitirles los saludos, expresados esta mañana, por un importante defensor de este hemisferio de libertad y un gran promotor de las alianzas que están representadas aquí. Les traigo los saludos, expresados esta mañana, por el presidente Donald Trump. También les transmito el agradecimiento del Presidente por su compromiso y su participación en esta iniciativa.
Antes de empezar, permítanme decir además que, mientras estamos aquí y nos concentramos en temas de suma importancia para sus naciones y la nuestra, aquí, en Estados Unidos, nuestros pensamientos, nuestros corazones y nuestros esfuerzos están puestos en la costa del Golfo, tras el paso del huracán Michael.
El huracán Michael llegó ayer al Mango de Florida y sigue afectando a Georgia, Alabama y las Carolinas. El Presidente y yo nos hemos concentrado en nuestras iniciativas de respuesta. Hemos adoptado medidas decisivas en este país, en coordinación con funcionarios de los estados, locales y federales, en preparación para esta tormenta. Y mientras hablamos, estamos centrados en la misión de búsqueda y rescate para salvar vidas, , y empezando a evaluar las consecuencias catastróficas de este huracán.
Permítanme además señalar que expresamos nuestras profundas condolencias a las naciones representadas aquí y en América Central por la pérdida de vidas a causa de las lluvias torrenciales ocurridas la semana pasada. Se perdieron más de una decena de vidas y esperamos que transmitan nuestras condolencias de regreso en su país, y también nuestras oraciones para nuestros vecinos y amigos tras estas tormentas.
Y quiero agradecerles por sus pensamientos y la consternación por nuestro país que cada uno de ustedes expresó hoy. Seguiremos trabajando en esto. En estos momentos, como siempre lo hacen los estadounidenses, estamos unidos. Como lo señala habitualmente el Presidente, en tiempos difíciles “Somos una gran familia estadounidense”.
Y a todos los afectados por el huracán Michael, les digo que estamos con ustedes. Seguiremos trabajando con ustedes en la reconstrucción y nos recuperaremos con mayor fortaleza que nunca.
Por eso, gracias nuevamente. Es un honor estar con ustedes hoy. El mes pasado, en un discurso ante las Naciones Unidas, el presidente Trump ratificó nuestro compromiso de construir un Hemisferio Occidental más sólido, seguro y próspero, y de ayudar a nuestros vecinos, en sus palabras, “a construir futuros más esperanzadores en sus países de origen”.
Esa es la causa que nos congrega hoy aquí. Nos reunió hace un año en Florida. Estados Unidos nunca ha tenido un compromiso más firme con el fortalecimiento de nuestra asociación con las naciones del Triángulo Norte, para ayudarles a abordar los problemas que enfrenta nuestra región compartida.
Durante décadas, sus países han hecho frente al flagelo del narcotráfico, la violencia de pandillas y la corrupción. Sus efectos se han expandido hacia afuera, y no solo afectan a sus pueblos sino además a sus vecinos y a nuestra nación; literalmente, esta cuestión toca a todas las naciones de nuestro hemisferio.
Aquí, en Estados Unidos, el pueblo estadounidense ve cada día el tremendo costo de las drogas, la violencia de pandillas y la inmigración ilegal.
Tan solo en el último año, más de 225.000 guatemaltecos, hondureños y salvadoreños se han ido de sus casas y han recorrido el trayecto —a menudo riesgoso— para intentar cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos. Representan más de medio millón de inmigrantes ilegales interceptados en nuestra frontera sur el año pasado.
Y estas cifras están en aumento. Aunque la cantidad de personas de El Salvador que intentaron ingresar ilegalmente en Estados Unidos se ha reducido, el número procedente de Honduras aumentó en un 61 %. La cantidad procedente de Guatemala ha aumentado en un 75 %.
Nuestro gobierno, a través del Departamento de Seguridad Nacional, ha adoptado medidas contundentes para hacer frente a esta crisis, y seguirá haciéndolo. Hemos hecho inversiones históricas en materia de seguridad en las fronteras y aplicación de las leyes inmigratorias en el país.
Estamos aplicando nuestras leyes sobre inmigración con energía y recursos renovados. Y estamos trabajando con el Congreso de Estados Unidos con el propósito de solucionar los vacíos legales que aprovechan a menudo las redes de trata de personas para persuadir a familias vulnerables de que realicen este peligroso viaje, exponiéndose a riesgos ellos mismos y sus hijos, para venir al norte.
Sin embargo, a fin de erradicar la inmigración ilegal y las drogas —como lo señalé hace un año en nombre del Presidente y de nuestro Gobierno, y como lo hemos analizado cuando me reuní con muchos de ustedes en la región el año pasado— debemos hacer frente juntos a estos problemas. Y debemos atacar estos problemas allí donde se originan, dentro del Triángulo Norte.
Desde que se este congreso se reunió por primera vez hace un año, me complace informar que hemos realizado avances mensurables gracias a su conducción y a las medidas que han adoptado para reforzar la seguridad, promover la prosperidad y erradicar el flujo de inmigración ilegal en toda la región. Sin embargo, sigue habiendo desafíos.
Nuestra seguridad y nuestras naciones han realizado acciones conjuntas de aplicación de la ley en toda la región. Logramos reducir la tasa de homicidios en el Triángulo Norte. Procesamos judicialmente a miembros de pandillas y responsables de lavado de dinero.
En lo que atañe a la prosperidad económica, las naciones del Triángulo Norte han formado una nueva unión aduanera, que está promoviendo empleos y fomentando el comercio en la región. USAID, Millennium Challenge Corporation y Overseas Private Investment Corporation siguen ayudando a fomentar las inversiones en su región, y estas iniciativas seguirán en el futuro.
Como parte de nuestra iniciativa América Crece, nuestro Departamento del Tesoro trabaja ahora con la Secretaría de Hacienda de México y otras instituciones como el Banco Mundial para dar apoyo a las reformas económicas en el Triángulo Norte, y fomentamos proyectos de desarrollo e infraestructura energética en toda la región.
El año pasado, Honduras, Guatemala y El Salvador contribuyeron a asegurar el regreso seguro de casi 75.000 de sus ciudadanos que habían intentado ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
En junio pasado, cuando viajé a Guatemala con la secretaria Nielsen, instamos a los países del Triángulo Norte a adoptar varias medidas concretas para ayudarlos a erradicar la crisis migratoria que afecta a nuestro país y a los suyos. Y si bien hubo algunos avances importantes, como mencioné antes, hoy nos reunimos porque queda mucho trabajo por delante.
Pero quisiera reconocer los avances. Presidente Hernández, gracias por volver a nombrar al fiscal general Oscar Chinchilla, un enérgico defensor del Estado de derecho. Este es un paso importante para erradicar la corrupción y desarticular las redes de criminalidad dentro de sus fronteras. Honduras también se ha comprometido a duplicar la cantidad de policías de frontera para 2020, de 400 a 800. Estamos agradecidos por estas acciones y por la conducción que han demostrado.
Presidente Morales, Estados Unidos agradece que la primera dama tenga previsto lanzar una campaña pública de mensajes que aconsejan a la población no ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Y vicepresidente Ortiz, deseamos agradecerle por asociarse con las autoridades de aplicación de la ley de Estados Unidos para identificar a más de 700 pandilleros desde mayo de 2017. Gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, me complace informar que hemos efectuado 60 detenciones de jefes de bandas criminales tan solo el año pasado.
Por último, los tres países han acordado destinar a más funcionarios de aplicación de la ley al Grupo de Inteligencia Fronteriza Conjunta, que nos permitirá compartir información relativa a seguridad pública e impedir que delincuentes crucen nuestras fronteras para eludir la justicia. Necesitamos que cada uno de ustedes cumpla ese compromiso, pero les agradecemos los esfuerzos que han hecho hasta el momento.
Puedo asegurarles que el presidente Trump y yo seguiremos trabajando con nuestro Congreso para abordar esta crisis desde nuestro lado de la frontera. El Presidente empleará sus facultades ejecutivas para contribuir en todo lo que pueda y para adoptar las medidas que consideremos necesarias para los intereses y la seguridad de Estados Unidos. Seguiremos asegurando nuestras fronteras, reforzando la seguridad pública y promoviendo el crecimiento económico en toda la región, siempre con el objetivo de erradicar el flujo de inmigración ilegal.
Pero como he mencionado, pese a todo lo que ya hemos hecho, estamos aquí hoy porque queda mucho trabajo por hacer. Presidente Hernández, lo instamos, con absoluto respeto, a seguir redoblando sus esfuerzos para aumentar la cantidad de policías fronterizos que combaten la trata de personas. Y lo instamos, respetuosamente, a invertir también en materia de seguridad fronteriza.
Presidente Morales, con el mismo respeto, lo instamos a destinar incluso mayores recursos a asegurar las fronteras de su país y a aprovechar plenamente los grupos operativos de seguridad fronteriza ya establecidos por Estados Unidos. Deseamos trabajar con ustedes para asegurar la soberanía y la integridad territorial de su país y del nuestro.
Y vicepresidente Ortiz, lo instamos a ampliar el programa Salvador Seguro para seguir reduciendo el delito en su país, fortalecer sus grupos operativos contra la extorsión y sus unidades de aplicación de la ley, de modo que puedan trabajar con nosotros para desarticular a las bandas, que victimizan a su población y que, cuando cruzan las fronteras hacia el norte, también victimizan a la nuestra.
Como lo manifiesto a cada una de las naciones que están representadas aquí, a medida que ustedes entablan relaciones comerciales con otros países, como China, los exhortamos a centrarse en exigir transparencia y cuidar sus intereses, y los nuestros.
También necesitamos que todas las naciones de la región refuercen un mensaje muy sencillo para su pueblo, que expresamos desde el corazón. Ese mensaje es que los líderes en esta sala y los gobiernos a los que representan deberían decir a su pueblo: no pongan en riesgo a sus familias emprendiendo el peligroso trayecto al norte para intentar ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Lo cierto es que su mensaje podría resumirse diciéndoles que, si no vienen legalmente a Estados Unidos, es mejor no hacerlo. Y decirlo con contundencia y compasión, como vecinos y amigos, porque es la verdad.
Estamos comprometidos con la seguridad y la integridad en las fronteras. Estamos comprometidos con el Estado de derecho y con sus naciones y su prosperidad, pero todos debemos hablar al unísono, de modo que quienes puedan explotar a familias vulnerables decidan no hacerlo.
En definitiva, reconocemos que la seguridad en sus propias naciones contribuirá sustancialmente a mitigar las crisis migratorias que enfrentamos. Su pueblo no tomaría la decisión de irse del país si creyera que le espera un próspero futuro allí. Como señala el dicho “no hay como estar en casa”.
Y seguiremos ayudándolos en la lucha contra la corrupción en sus países, con el fin de fortalecer el Estado de derecho, pero también para favorecer la creación de empleos y el crecimiento económico en sus naciones.
Actualmente, mientras países como China intentan extender su influencia en toda la región, la manera más eficaz de resolver estos problemas, según creemos, consiste en fortalecer los lazos entre Estados Unidos y el Triángulo Norte y las demás naciones del hemisferio, a fin de reforzar los vínculos económicos entre nuestras naciones.
Si ustedes hacen más, estoy aquí para decir, en nombre del presidente de Estados Unidos y el pueblo estadounidense, que nosotros haremos más. Estamos dispuestos a ayudarlos a optimizar sus recursos energéticos, crear un mayor desarrollo empresarial en sus países, aumentar la colaboración entre nuestras universidades e intercambios culturales, y más.
Por eso, tengo el agrado de anunciar que, a instancias del Presidente de Estados Unidos, encabezaré la delegación estadounidense que viajará a México el 1 de diciembre para asistir a la ceremonia de toma de protesta del nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador. Y será para mí un gran honor representar a Estados Unidos, junto al Secretario de Estado, en esa importantísima ocasión.
El presidente Trump ya ha tenido conversaciones productivas con el presidente electo Obrador, y confiamos en que, con su liderazgo, y con el liderazgo del presidente Donald Trump, Estados Unidos y México seguirán trabajando en estrecha colaboración para impulsar nuestra seguridad y prosperidad común, en beneficio de nuestro hemisferio.
Voy a concluir, entonces, diciendo gracias por estar con nosotros una vez más en la segunda conferencia anual. Gracias por todo lo que han hecho hasta ahora. Ha tenido un impacto significativo en la calidad de vida, la seguridad y la prosperidad de sus naciones y la nuestra.
Pero tomemos hoy la determinación de hacer más. Propongámonos, en este diálogo, encontrar nuevas formas de trabajar juntos. En este hemisferio de libertad, cuando nuestra nación prospere, al tiempo que también lo hagan sus naciones, erradicaremos esta crisis inmigratoria. Enfrentaremos a quienes pretendan perjudicarnos mediante el narcotráfico y la violencia de pandillas. Vamos a generar más oportunidades y mayor prosperidad en todo este hemisferio de libertad, e invocamos para eso la ayuda de Dios.
Muchísimas gracias.