Palabras de la Embajadora Laura Dogu en la Ceremonia de Donación de Sensor B200 en la Base Aérea Coronel Hernán Acosta Mejía

Great Seal of the United States

El tráfico ilícito de drogas es un gran problema en nuestro hemisferio y en esta región, pero trabajando en conjunto podemos enfrentar todos los retos de seguridad.

Estimado Señor Ministro de Defensa, Fuerzas Armadas de Honduras, invitados, y equipo de Estados Unidos.

Tengo el placer esta mañana de poder dar entrega de la restauración del sensor de la Aeronave de Patrullaje Marítimo B200. Es un sensor de reconocimiento que va a ayudar a las Fuerzas Armadas de Honduras a descubrir y parar actividad criminal en su territorio.

A la vez, va a fortalecer su soberanía y su seguridad. Este sensor no sólo se reparó, también se mejoró con la instalación de un nuevo láser que incrementa la capacidad de esta aeronave. Gracias a la donación de 200,000 dólares de la Oficina Internacional de Antinarcóticos (INL), y la coordinación de la Oficina de Cooperación en Seguridad, las Fuerzas Armadas de Honduras hoy disponen de un método fundamental para combatir el tráfico ilícito de drogas.

Este esfuerzo es prueba de que juntos somos más efectivos y eficientes en la lucha para una Honduras segura. Mi país es su socio en crear una Honduras donde todo el pueblo pueda vivir en paz y tranquilidad sin temor a nadie, incluyendo grupos delictivos.

Somos su socio para una Honduras próspera, segura, y democrática.

Nuestros pensamientos y oraciones están con el Brigadier General Roosevelt Hernández y su familia y esperamos por su pronta y completa recuperación.