Palabras de la Embajadora Laura Dogu sobre Diálogos Estratégicos y sobre Derechos Humanos entre Estados Unidos y Honduras

¡Buenos días a todos y todas! 

Canciller Reina, Ministro Cardona y Secretario de la Presidencia Zelaya, muchas gracias por la invitación, su calurosa bienvenida y por ser anfitriones de estos importantes diálogos. 

Valoro nuestra sólida relación y espero continuarla durante mi tiempo aquí en Honduras.  

La delegación del gobierno de los Estados Unidos que asistió hoy al diálogo estratégico y al diálogo sobre derechos humanos demuestra de manera clara cuán profundamente valora Estados Unidos nuestra relación bilateral con Honduras. 

Gracias, Subsecretaria Zeya, por encabezar la delegación de los Estados Unidos a los diálogos aquí en Tegucigalpa. 

Como resultado de los profundos lazos entre nuestros dos países, todo lo que afecta a uno invariablemente afecta al otro. 

Esta es la razón por la que a ambos gobiernos les interesa garantizar que esta relación sea sólida y que estos diálogos continuos sean productivos. 

Buscamos no solo apretones de manos y promesas amistosas, sino resultados reales. 

Buscamos una relación basada en intereses compartidos y una asociación profunda que ayude a ambos países, no solo una relación basada en la última compensación o transacción. 

En los meses transcurridos desde el primer diálogo estratégico en Washington, DC en abril pasado, hemos escuchado de ustedes. 

Hemos trabajado juntos en sus áreas prioritarias de salud, educación, anticorrupción y seguridad. 

Desde el comienzo de la administración de Castro en enero de 2022, el gobierno de los EE. UU. ha comprometido más de 500 millones de dólares en nuevos programas y asistencia para abordar todos los temas de nuestra agenda compartida. 

Juntos hemos abordado el desafío compartido de un número cada vez mayor de migrantes que pasan por Honduras y los muchos que ahora se quedan en Honduras. 

Y han escuchado sobre nuestro enfoque en la migración, ya que trabajamos juntos en las causas profundas de la migración irregular. 

La estrategia del gobierno de los EE. UU. y los programas relacionados se enfocan en los profundos problemas sistemáticos que hacen que las personas migren. 

Si bien el comercio bilateral ahora es al menos un 12 por ciento más alto que los niveles previos a la pandemia, sabemos que necesitamos más crecimiento económico para que más personas puedan tener trabajos dignos y bien remunerados. 

Los vientos en contra de la economía mundial hacen que sea más importante que nunca que trabajemos juntos para mantener los empleos que ya existen y generar nuevas oportunidades laborales. 

Ayudar a que las personas regresen al trabajo y a la escuela es parte de lo que impulsó a los Estados Unidos a donar más de 5,8 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 a Honduras a partir de junio de 2021.  

Sin embargo, el crecimiento económico inclusivo solo puede tener lugar cuando el entorno empresarial atrae inversiones.  

Lo cual, a su vez, solo sucederá cuando la corrupción y la impunidad se mantengan bajo control. 

Es por eso que Estados Unidos continuará apoyando a Honduras para erradicar la corrupción y combatir la impunidad, incluso apoyando un mecanismo CICIH independiente y empoderado. 

Si Honduras puede crear un ambiente de negocios estable y predecible, más inversión extranjera se hará realidad. 

Pero, ¿Honduras, o cualquier país, puede realmente tener un crecimiento económico inclusivo sin seguridad ciudadana? La respuesta, comprensiblemente, es no.  

Es por eso que hemos estado apoyando los esfuerzos de reforma policial, del sector judicial y penitenciario.  

Es importante reconocer que también debemos seguir trabajando juntos para avanzar y defender los derechos humanos y laborales y reducir la violencia de género.  

Por eso nuestro diálogo concurrente sobre derechos humanos es tan importante hoy. 

Las violaciones de los derechos laborales y la violencia de género son delitos graves que muchas veces no se denuncian. 

Detener el sufrimiento humano no solo es motivo suficiente para centrarse en estas áreas, sino que los estudios han demostrado que también son grandes impulsores de la migración y el desplazamiento interno. 

Nuestro trabajo en todas estas áreas es una demostración concreta del compromiso de los Estados Unidos de promover la democracia hondureña, generar empleo, mejorar la educación, proteger los derechos humanos y hacer de Honduras un lugar más seguro.  

Esto les dará a los hondureños un país donde puedan construir un futuro para ellos y sus familias. 

Ya he dicho suficiente, pero sería negligente no agradecer a todas las personas de ambos gobiernos que han dedicado tiempo, energía y sus mejores esfuerzos a estos diálogos de hoy. 

Hay mucho que podemos lograr juntos para beneficiar tanto a nuestros pueblos estadounidenses como a los catrachos. 

Espero con ansias nuestros diálogos productivos de hoy. 

Ahora cederé el micrófono a la subsecretaria Zeya. 

¡Gracias!