
TEGUCIGALPA, M.D.C. – Después de un despliegue de seis meses en Honduras, cerca de doscientos Infantes de Marina han regresado a los Estados Unidos.
Trabajando junto a militares hondureños y funcionarios de gobierno, los Infantes de Marina completaron proyectos de construcción importantes en el departamento de Gracias a Dios en Honduras y mantuvieron su equipo pesado listo para responder en caso de un desastre natural en la región.
“Estoy orgulloso del trabajo que los infantes de marina han hecho en Honduras”, dijo el Embajador de los Estados Unidos James D. Nealon. “Ellos han venido a invitación del gobierno de Honduras y brindaron apoyo humanitaria y de otra asistencia que pagará dividendos en los años venideros. Sobre todo, estamos agradecidos que la región evitó el tipo de desastre natural, como un huracán, que podría haber requerido su conocimientos especializados en un esfuerzo de alivio”.
Los proyectos de construcción consistieron en tres nuevas escuelas primarias en Puerto Lempira y una pista de aterrizaje que fue renovada y mejorada en Mocorón.
“La renovación de la pista de aterrizaje ayudará al país en gran manera porque significa que van a ser capaces de transportar y aterrizar con más suministros, tales como material de ayuda en caso de un desastre natural”, dijo el Primer Teniente Tyler Martin, oficial a cargo del Destacamento de Ingenieros para el proyecto de la pista de aterrizaje. “No sólo serán capaces de obtener los suministros que necesitan, sino que también podrán transportar al personal necesario.”
Con el fin de fortalecer la pista de aterrizaje de Mocorón para que soporte el aterrizaje de aviones más grandes, los Infantes de Marina trabajaron durante aproximadamente tres meses en la ampliación, compactación, nivelación y pulverizando un agente a base de polímero llamado Solución Operativa de Residuos para estabilizar la pista de aterrizaje sin pavimentar.
“Hemos ampliado la pista de aterrizaje para que esté dentro de los estándares necesarios, la nivelamos de modo que todos los puntos altos y bajos sean iguales, y fortalecimos el suelo en la parte superior a 1,000 pies”, dijo el Teniente Martín. “Cortamos el suelo débil, lo reemplazamos con suelo más adecuado y lo compactamos. Luego, aplicamos la Solución Operativa de Residuos sobre la pista, la que funciona como el concreto”.
Los proyectos escolares fueron completados por un destacamento de unos 50 Infantes de Marina liderados por la Primera Teniente Erin Mick, comandante del Pelotón de Ingenieros. El equipo fue capaz de completar las tres escuelas en poco más de tres meses. “Básicamente construimos tres nuevas escuelas desde las bases, lo que permitió a los niños de las escuelas poder tener un mejor ambiente de aprendizaje”, dijo la Teniente Mick.
Mientras se realizaban las labores de construcción en Mocorón y Puerto Lempira, un pequeño grupo de Infantes de Marina proporcionó asistencia a los Infantes de Marina hondureños para establecer una escuela de entrenamiento en la Base Naval de Puerto Castilla, que se convertirá en el centro de formación principal para todos los Infantes de Marina de Honduras.
Dejando atrás sus proyectos terminados, los Infantes de Marina regresan a los Estados Unidos justo a tiempo para pasar los días festivos con sus amigos y familiares, y después de haber hecho muchos amigos en Honduras.