Historias de Resiliencia: Ganadoras del Premio Internacional a las Mujeres Valerosas 2017

First Lady Melania Trump and Under Secretary of State for Political Affairs Thomas A. Shannon pose for a photo with the 2017 Secretary of State’s International Women of Courage Awardees before a ceremony at the U.S. Department of State in Washington, D.C., on March 29, 2017. (State Department Photo/

Por Thomas A. Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos

La Primera Dama Melania Trump distinguió hoy a 13 mujeres extraordinarias con el Premio Internacional del Secretario de Estado a las Mujeres Valerosas. Este premio reconoce a mujeres de todo el mundo que han demostrado coraje y liderazgo excepcionales en la defensa de los derechos de la mujer, el empoderamiento y la justicia, a menudo asumiendo un enorme riesgo personal.

Las mujeres a quienes hemos distinguido este año son un ejemplo de cómo el coraje se manifiesta de todo tipo de formas, y presentamos a continuación algunas de sus historias:

Natalia Ponce, oriunda de Colombia, sobrevivió a un ataque con ácido que le provocó quemaduras en el rostro y el cuerpo, y debió someterse a 50 cirugías para recuperar su vida. Natalia se refirió a su recuperación de las quemaduras causadas por el litro de ácido sulfúrico arrojado en su rostro y en el cuerpo como un “renacer”. Natalia creó su propia fundación e inició una campaña de incidencia que finalmente llevó al Congreso colombiano a aprobar la “Ley Natalia Ponce de León”, en enero de 2016.

Cuando el esposo de Sandhya Ekneligod —un conocido caricaturista y periodista político— desapareció en enero de 2010, Sandhya tomó la determinación de conocer la verdad sobre su destino. Se presentó ante la justicia más de 80 veces, enfrentando a jueces y autoridades que interponían todo tipo de obstáculos. Sandhya pertenece a la comunidad mayoritaria cingalesa en Sri Lanka, y se ha convertido en un símbolo para los miles de personas —incluso de la minoría tamil— que han sufrido la desaparición de algún familiar en los 27 años de guerra civil y en anteriores insurrecciones.

Fadia Najib Thabet, una funcionaria de protección infantil y periodista que investiga violaciones de derechos humanos en el sur de Yemen, arriesgó su vida para proteger a los niños de la región de las milicias hutíes y de Al Qaeda. Sus actos de valentía disuadieron a jóvenes varones de sumarse a grupos terroristas y milicias. Como parte de sus acciones, expuso a la ramificación yemení de Al Qaeda, “Ansar al Sharia”, por reclutar a niños soldados, y también documentó para las Naciones Unidas violaciones de derechos humanos perpetradas por otros grupos armados.

Veronica Simogun, fundadora de la Asociación de Familias por el Cambio y defensora de mujeres y niñas en Papúa Nueva Guinea, ha vivido y trabajado en un país donde dos tercios de las mujeres y niñas han sido victimizadas debido a su género. Pese a enfrentar amenazas de muerte por su trabajo con víctimas, Veronica se ha dedicado de lleno a ayudar a otras personas y a entablar lazos con autoridades locales de aplicación de la ley y con hombres y jóvenes varones, para revertir las normas culturales que privan a mujeres y niñas de su condición y sus derechos básicos.

La Hermana Carolin Tahhan Fachakh, una monja católica que vive en Alepo, ha trabajado incansablemente para atender las necesidades de las poblaciones más vulnerables de Siria, especialmente desplazados internos y niños. Durante un período de intensos bombardeos en las proximidades de una escuela de la zona, la hermana Carolin se entregó a la tarea de asegurar que los niños fueran llevados en forma segura con sus padres. Ha sido un símbolo de esperanza para musulmanes y cristianos por igual, y en su misión puso en riesgo su propia vida.

Estas mujeres son tan solo unos pocos ejemplos de las historias extraordinarias de valentía y resiliencia que escuchamos hoy, y ofrecen un recordatorio inspirador de cómo las personas pueden marcar una diferencia. Todas estas valerosas mujeres están entregadas a los temas más urgentes en la lista de desafíos globales que enfrentamos en la actualidad. Juntas, transmiten un mensaje de esperanza de que, incluso en las peores adversidades, el coraje y el liderazgo pueden allanar el terreno para una mayor paz y progreso.