Discurso del Vicepresidente Biden en la 20ª Conferencia Anual del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)

Vicepresidente Biden
Vicepresidente Biden

Hotel Willard
Washington, D.C.

VICEPRESIDENTE: Siento decepcionarlos. (Risas).

Muchos de ustedes en esta sala han tenido -tuvieron la oportunidad de recibir presentaciones agradables. Y muchas de ellas son repetitivas. Pero debo decirles –y lo digo sinceramente– esta significativa presentación tiene una relación directa con el respeto que tengo por la persona que me presentó. Y eso significa mucho para mí.

La Secretaria y Embajadora Carla Hill y yo nos conocemos desde hace mucho. Y estuvimos -yo como líder en el Senado, y ella como líder en una administración republicana. Y ella es una de las mentes más formidables con la que alguna vez estuve en desacuerdo respecto a políticas específicas y políticas nacionales. (Risas).

Por eso quiero darle las gracias –porque sé que es una Embajadora, pero también creo que también es muy importante ser Secretaria– a la ex Secretaria y Embajadora Carla Hills por su maravillosa presentación.

Enrique, señor Presidente, quiero decir, quiero darle las gracias por 25 años de distinguido servicio a CAF. Su liderazgo ha ayudado a hacer de CAF, y lo digo sinceramente, una de las instituciones más respetadas y efectivas para hacer avanzar el desarrollo de América Latina. Lo vamos a extrañar, pero me imagino que tú no lo vas a extrañar completamente, porque es mucho trabajo. Pero gracias por todo lo que has hecho.

Luis, el Secretario General, no está aquí porque falleció un familiar. Pero también creo que está haciendo un trabajo increíble. Le envío mi pésame y espero que se encuentre bien.

Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano -que es una definición elegante en términos de política exterior para decir que en realidad lo que ustedes hacen es que las personas hablen unas con otras, lo cual es muy importante. Y también quiero nuevamente darle las gracias a Carla, como ya he dicho, por la presentación.

Durante 20 años, esta conferencia ha reunido a los principales pensadores -y no estoy tratando de halagarlos-, los principales pensadores y formuladores de políticas dedicados a este hemisferio.

Y durante este tiempo, en parte gracias a la dirección de las personas reunidas en esta sala, hemos sido testigos de un cambio significativo en la región. Las perspectivas para el desbloqueo de un enorme potencial que existe en nuestro hemisferio, son diametralmente diferentes de las que eran hace 20 años, incluso 10 años -o incluso hace cinco años.

En mi opinión, por primera vez en la historia es posible imaginar un hemisferio de clase media, democrático y seguro, desde el norte de Canadá hasta el extremo de Chile.

Hacerlo bien va a demandar mucho trabajo, mucho compromiso sostenido por parte de todos los países del hemisferio, incluido los Estados Unidos. Pero realmente creo que es posible. Como diría mi abuelo: con la gracia de Dios y la buena voluntad de los vecinos, tenemos una oportunidad de hacer algo que hace apenas 5 o 10 años, sólo podíamos soñar.

En función de que tenemos todo lo que se necesita para liderar el mundo en el futuro, no hay ninguna razón para que el hemisferio occidental no sea el hemisferio más relevante en todo el mundo, en el siglo XXI. Y lo digo sinceramente. Tenemos los recursos. Contamos con la creatividad, los valores y el dinamismo. Todo eso está presente en este hemisferio. Todo está aquí.

Y eso es algo que el Presidente Obama y yo reconocimos desde el día que asumimos nuestros cargos, que había una larga historia y una gran carga acumulada influyendo y que pesaban sobre nuestras responsabilidades y nuestras relaciones en el hemisferio. Así que desde el principio establecimos con claridad que no íbamos a quedarnos atados a los errores del pasado o atrapados por ideologías obsoletas.

Nuestras relaciones se basan en el respeto mutuo. Ya no preguntamos: ¿Qué puede hacer Estados Unidos por la región?

Sino: ¿Qué podemos hacer con la región?

Literalmente, me he reunido con casi cada presidente del hemisferio. Y ese es el punto que les he dejado claro desde el principio. Una vez más, no se trata de lo que podemos hacer por ustedes. Se trata de lo que podemos hacer con ustedes. Y tiene que basarse en el respeto en todos los ámbitos y algunas veces, eso es lo que ha faltado en los últimos 150 años.

Ninguna región del mundo es de mayor importancia para la seguridad y la prosperidad de los Estados Unidos que este hemisferio. Es en nuestro propio interés ver a nuestro hemisferio alcanzar su pleno potencial. Es por eso, que hemos establecido como prioridad aumentar nuestra cooperación económica de alto nivel y aumentar nuestras relaciones comerciales en toda la región. Casi la mitad de nuestras exportaciones -US$ 670 mil millones al año– van a los países del hemisferio.

Es por eso que hemos creado programas para estimular el espíritu empresarial, establecer relaciones entre las empresas, fomentar las pequeñas y medianas empresas que crean puestos de trabajo, y generar crecimiento económico. Pero esta no es una situación donde nadie gana ni pierde. Cuanto más crece la región, más próspera es, y en la medida que nos va mejor en todo el hemisferio, eso también se refleja en los Estados Unidos. Es en nuestro puro interés propio ver que esto suceda, además de que sea lo que tenemos que hacer.

Es por eso que nos hemos comprometido a aumentar las oportunidades educativas y el intercambio de estudiantes, a través de iniciativas como La Fuerza de 100,000 en las Américas, por la cual jóvenes talentosos de todos los países puedan aprender juntos, aprender unos de otros; y para que puedan ser expuestos a las mayores universidades de investigación del mundo. Yo sé que eso suena muy chovinista, pero es un hecho -la mayor concentración de universidades de investigación en todo el mundo, se debe a que el Presidente Eisenhower fue suficientemente inteligente cuando tratamos de reorganizar nuestros esfuerzos de investigación y decidió que no debería estar todo en la esfera del gobierno. La investigación debe ir a través de universidades independientes.

Por eso también es que hemos impulsado un abordaje sensato del tema de la inmigración –que incluya la protección de nuestras fronteras, al tiempo que proporcione oportunidades para que 11 millones de inmigrantes indocumentados puedan salir de las sombras y contribuir, lo cual ya están haciendo, contribuyendo con su justa parte y recibiendo los beneficios de sus contribuciones a esta nación.

Es también por eso que decidimos cambiar nuestra política hacia Cuba, que era ineficaz y representaba un obstáculo para nuestras relaciones bilaterales con varios países de la región y a través de todo el hemisferio. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba abrió más espacio para nosotros para conseguir lograr resultados en la región. Y facilitó el diálogo con nuestros vecinos, la cooperación y poder hablar abiertamente y sin resistencia sobre los derechos humanos. Todo el mundo en el hemisferio debería estar hablando de derechos humanos -ya sea en Cuba o en Venezuela, donde quiera que los mismos sean denegados en alguna oportunidad o de manera sistemática.

Al mismo tiempo, hemos dejado claro que eliminar el último vestigio de la Guerra Fría en el continente americano, no significaba abandonar nuestro compromiso con los derechos humanos. Más bien, como ya he dicho, esperamos que nuestros socios en toda la región se nos unan y condenen los abusos que van en contra de nuestros valores democráticos más básicos, dondequiera que los mismos ocurran.

Así que, soy optimista sobre el futuro de la región. Podemos ver las posibilidades que existen si seguimos avanzando en la dirección correcta.

Pero también soy optimista acerca de la complejidad – no soy ingenuo acerca de la complejidad de los retos que aún persisten.

Mientras estamos aquí reunidos, estamos viendo la ocurrencia de grandes cambios políticos en toda la región. En Brasil, la gente, apegada a la constitución para navegar un tiempo económico y político difícil, lo hicieron cumpliendo con los procedimientos establecidos para gestionar la transición en el poder.

Los Estados Unidos continuará trabajando estrechamente con el presidente Temer y el gobierno de Brasil, enfrentando los desafíos apremiantes, porque Brasil es, y seguirá siendo uno de los socios más cercanos de Estados Unidos en la región. Porque con las democracias, la asociación no se basa en los dos líderes, se basa en una relación duradera entre los dos pueblos.

En Venezuela, sin embargo, estamos viendo que el gobierno recurre a tácticas represivas en violación de su propia constitución -tácticas que violan la Carta Interamericana Democrática, que dice claramente: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”.

La semana pasada, cientos de miles de venezolanos convergieron en Caracas para exigir su derecho constitucional a un referéndum presidencial revocatorio. Sus voces no deben ser ignoradas. Un referendo debería tener lugar a finales de este año y la constitución venezolana debe ser respetada. Y los presos políticos deben ser liberados.

Estados Unidos está dispuesto a trabajar con todos nuestros socios en la región para facilitar un diálogo entre el gobierno y la oposición que ayude a mejorar la vida de los venezolanos.

Al mismo tiempo, tenemos indicios positivos, tal como -la increíble transformación que ha tenido lugar en Colombia y que se presenta como increíblemente prometedora. Los colombianos han demostrado una gran valentía y determinación para superar más de cinco décadas de violentos conflictos y lograron recuperar su país cuando estaba al borde del colapso económico.

Los líderes que se sucedieron tomaron decisiones difíciles colocando siempre al bienestar de los colombianos en primer lugar. Y debido a esa fortaleza, en la actualidad, el gobierno de Colombia y las FARC han aceptado un acuerdo que ofrece esperanza para la paz. Quiero subrayarlo: esperanza de paz.

Sabemos que la firma de un acuerdo firmado no es el final, sino solamente la siguiente fase en el difícil camino de Colombia hacia una paz duradera.

La aplicación será difícil y costosa. Es por eso que los Estados Unidos ha comprometido desde el principio, más de $390 millones de dólares para apoyar el plan de paz en Colombia.

Y junto con la comunidad internacional, vamos a seguir apoyando al pueblo de Colombia en la medida que construye un nuevo futuro para sí mismos. Es realmente prometedor. Involucra una gran cantidad de trabajo, pero es realmente prometedor.

También estamos viendo un impulso positivo en Argentina, donde el Presidente –el nuevo presidente, por cierto- ha definido una agenda de reformas, de manera que Argentina pueda volver a la comunidad financiera internacional.

Y la asociación revitalizada entre Argentina y los Estados Unidos ya ha abierto las puertas para mejorar la seguridad, aumentar el comercio y la inversión, y fortalecer la cooperación entre el sector de la energía entre nuestras dos naciones.

Por lo tanto, este es un momento crítico para la región. Un cruce de caminos marcado tanto por oportunidades como por desafíos reales.

Las opciones por las que nos inclinemos ahora, definirán las características de nuestro hemisferio durante el resto de este siglo. Así que, en el tiempo que aún tengo disponible hoy aquí, me gustaría centrarme en tres áreas a través de las que -si conseguimos llevarlas a cabo- podremos acelerar nuestro progreso y mejorar la vida de las personas en todo el hemisferio.

En primer lugar, ninguna democracia puede sostenerse sin crecimiento económico. Y el crecimiento económico no puede prosperar en ausencia del estado de derecho.

Esto que estamos diciendo no es un juicio moral de Estados Unidos. Es una especie de nueva física de las relaciones económicas. Las empresas no invierten en naciones donde las reglas no son transparentes y predecibles, donde el sistema judicial no es justo, donde la propiedad intelectual no está protegida. Por lo que es absolutamente crítico erradicar todos los más relevantes vestigios que aún queden de la corrupción, y que permanecen en lugares donde los gobiernos durante demasiado tiempo han operado a través de sobornos y tráfico de influencias.

La corrupción es un cáncer que se come el cuerpo político, rasga el tejido de cualquier sociedad donde prolifera, promueve la desigualdad y desvía miles de millones de dólares del gobierno que de otro modo podrían ayudar a alimentar a los niños, construir escuelas, mejorar la infraestructura y aumentar significativamente las capacidades de seguridad.

La corrupción promueve e incita los abusos contra los derechos humanos, fomenta la delincuencia organizada y siembra la inestabilidad en el país donde prevalece y en la región.

Estos problemas se retroalimentan unos de otros y Estados Unidos, entre otros, está tratando de ayudar a nuestros socios a tomar las medidas difíciles, pero necesarias, para detener el ciclo de corrupción donde sea que este exista.

Con el Banco Interamericano de Desarrollo y otros socios, apoyamos los esfuerzos para mejorar el ambiente de negocios -más transparencia, agilizar trámites de aduana y mejorar la recaudación de impuestos. Los representantes del Departamento de Justicia están ayudando a las autoridades locales con las investigaciones para combatir el crimen organizado. Enviamos asesores de seguridad para ayudar a entrenar a las fuerzas de policía civil, para que respeten los derechos humanos y ayuden a los fiscales para que las personas puedan tener confianza en el estado de derecho. Donde no hay impunidad. Donde no hay impunidad.

Se está generando un impulso en toda la región. Y hemos visto a los ciudadanos, que antes estaban en las sombras, convertirse en activistas. Hemos visto a los valientes fiscales y jueces persiguiendo a los funcionarios corruptos y comenzando a demostrar a la gente de la región de que nadie está por encima de la ley.

En Guatemala, por ejemplo, el Fiscal General, trabajando con la Comisión Internacional Contra la Impunidad de ONU, ha desmantelado redes criminales, ha procesado a oficiales militares e incluso acusó de corrupción al ex presidente y la ex vicepresidenta. Cuando estábamos haciendo -lo que ellos denominan una versión del Plan Colombia, el Presidente en funciones no quería mantener la CICIG. Nosotros lo pusimos como condición. O mantiene la institución internacional que ayudó a derribar un sistema corrupto, o no obtiene ayuda -comenzó a caer un sistema corrupto.

Insistimos en que el mandato de la Comisión se renovará, con la finalidad de construir una mayor confianza en las instituciones de Guatemala y continuar su buen trabajo.

Y cuando Guatemala procedió a la elección de Jimmy Morales, un ex comediante, que prometió limpiar el gobierno, viajé al país para asistir a la toma de mando.

Durante su discurso, y yo he asistido a una cantidad de tomas de posesión. De hecho, cuando escuchaba a Carla Hill describirme, pensé, Dios no puedo ser tan viejo. (Risas.) Deben estar hablando de otra persona.

Por cierto, suscribo que -hubo un gran jugador de béisbol estadounidense llamado Satchel Paige. Era un afroamericano al que no se le permitió ir a “las grandes ligas” hasta que tenía 45 años. Eso es, 10 años más de edad que cualquier lanzador en su momento tope. Para su cumpleaños 47, él lanzó para una victoria y la prensa lo acorraló en el vestuario preguntándole: Catch, a los 47 años, lanzó para una victoria, algo que nunca ocurrió antes. ¿Cómo se siente acerca de su cumpleaños hoy, Catch?

Él les dijo, muchachos, esa no es la forma en que yo veo la edad.

Ellos le preguntaron: ¿cómo la ve?

Miró hacia atrás y les dijo, amigos, la manera en la que veo es de la siguiente forma: ¿Qué tan viejo sería usted si no supiera hoy qué edad tiene? Tengo 42. (Risas) Y lo que aquí estoy viendo es una audiencia de estudiantes universitarios.

Pero dejando de lado las bromas, he asistido a un montón de tomas de posesión, y el Presidente Morales hizo algo increíble. Cuando tomó el juramento él le pidió al público presente y a todos los ciudadanos que estaban mirando desde sus casas que se pusieran de pie y colocan su mano derecha sobre el corazón, y que tomaran el juramento junto a él. Un juramento para luchar contra la corrupción y poner a Guatemala en primer lugar.

Algunos pensaban que era sólo teatro, pero era más que teatro. Fue una quiebre histórico y significativo con  el pasado, por parte de un presidente en el día de su toma de posesión de mando. Fue un reconocimiento de que él no podía hacerlo solo, que cada uno tiene que aportar. Y fue una señal poderosa de que la región está empezando a cambiar.

El segundo ingrediente clave para el crecimiento económico, depende de asegurar un acceso a la energía que es accesible y confiable. Si uno no puede encender las luces, no podrá conseguir ingresos para vivir. Si no puede encender las luces, las empresas no se van a promocionar en su región.

Los estudiantes no podrán alcanzar su pleno potencial si no pueden estudiar durante la noche o conectarse al Internet. Las economías no crecen cuando no se pueden encender las luces.

Es por eso que la seguridad energética en la región ha sido, desde el principio, una prioridad para nuestro gobierno. Y ahora es el momento para consolidar una seguridad energética que sea sostenible y que permitirá -y persistirá– en toda la región, aún cuando el volátil precio del petróleo, inevitablemente, vuelva a subir.

La buena noticia es que, gracias a nuestra abundancia de gas natural y de los recursos de energía limpia y renovable en América del Norte, América del Norte es ahora el epicentro energético para el siglo XXI. No es la península de Arabia Saudita. No es Venezuela. No es Nigeria. No es Rusia. Es Norteamérica. América del Norte -México, Estados Unidos y Canadá. Eso nos da una enorme, una enorme oportunidad para el cambio. Y los Estados Unidos es ahora un exportador nato.

A principios de este año inauguramos una nueva terminal de exportación de gas natural licuado. El primer envío salió de Luisiana para Brasil en febrero. Y ahora que la nueva expansión del Canal de Panamá está en funcionamiento, hay aún mayores oportunidades de suministro para satisfacer las necesidades energéticas de nuestros socios en América Latina y en todo el mundo, si hacemos inversiones inteligentes para actualizar nuestra infraestructura, para dar cabida a los buques post-Panamax y adquirir nuevos buques metaneros.

En el Caribe, donde los costos de energía son las más altos del hemisferio debido a la dependencia del petróleo importado, esto podría ser un elemento de cambio. El año pasado me reuní con líderes caribeños dos veces, para apoyar sus esfuerzos para la transición hacia energía más limpia, más accesible. Es por eso que en 2014 lanzamos la Iniciativa de Seguridad Energética del Caribe. Y desde entonces hemos visto un progreso importante en la diversificación del suministro de energía para las islas, comenzando con la reducción de los costos -un nuevo acuerdo para exportar gas natural a Jamaica; nuevo acuerdo de compra de energía geotérmica en Nevis; nuevos acuerdos de financiación y plantas de energía geotérmica en San Vicente y las Granadinas; una red eléctrica reestructurada en las Bahamas para acelerar la transición hacia un sistema de energía moderno y diversificado.

En Centroamérica, estamos invirtiendo millones en el desarrollo del sector de energía -incluyendo la ayuda a los proveedores regionales de electricidad que desarrollan planes de energía limpia y el apoyo a los esfuerzos para maximizar el uso de la línea de transmisión regional.

En los últimos años, hemos visto triplicarse el volumen de electricidad comercializada a través de las fronteras. Mediante la creación de un mercado regional de energía, países como El Salvador, Honduras y Costa Rica, están reduciendo los costos al importar electricidad de sus vecinos en lugar de encender sus propias centrales térmicas.

Esto es fundamental porque si las naciones de América Central trabajan en conjunto, la región puede ser un vía conductora que una a todo el hemisferio –integrando y conectando los mercados de energía de los Estados Unidos y México, a través de Colombia, Perú, y más allá.

Y en América del Sur, estamos trabajando con socios de Argentina, hasta Chile y Colombia para ampliar el uso de energía renovable y para promover el desarrollo seguro y responsable de los recursos de petróleo y gas no convencionales.

Más de 34 millones de personas en la región aún carecen de acceso a la electricidad. Si nos volvemos a fijar en el Nuevo Trato (New Deal), el elemento de cambio fundamental para los Estados Unidos de América fue la Autoridad del Valle del Tennessee (Tennessee Valley Association), que llevó la electricidad al corazón del sur, transformando a los Estados Unidos -la economía de los Estados Unidos.

Con decisiones inteligentes e inversiones en energía e infraestructura, podremos generar la misma oportunidad para la región. Podemos sentar las bases de un futuro energético seguro que cambie la suerte de las personas en todo el hemisferio.

Y esto me lleva al tercer punto. Durante demasiado tiempo, América Central ha quedado marginalizada en la historia del ascenso de América Latina. América Central es el eje que une nuestra región -norte y sur. Pero también es el nexo de muchos de los desafíos regionales más grandes y persistentes -la falta de seguridad energética, la corrupción, la pobreza aplastante, la violencia endémica, los sistemas educativos inadecuados y el crimen transnacional.

Vimos claramente el costo humano de estos desafíos hace exactamente dos años, cuando miles de menores no acompañados procedentes de Centroamérica, llegaron hasta nuestra frontera sur. Sólo hay una razón por la que alguna vez un padre enviaría a su hijo a un viaje precario, largo y peligroso, en manos de un coyote o en la parte trasera de un vagón del ferrocarril: y esa razón es la desesperación.

Lo que nuestros nativistas no comprenden -al igual que sus padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, no es que las personas se hayan sentado alrededor de una mesa rústica, una mesa de madera para un desayuno pobre y dijeron, saben, tengo una gran idea. Vamos a vender todo lo que tenemos. Vamos a darle todo a un coyote o a organización criminal. Ellos van a llevarnos y nos vamos a depositar del otro lado de la frontera en el medio de un desierto en un país que dice que no nos quiere, con un lenguaje que no hablamos. ¿Eso será divertido? ¡Vámonos!

Esto no es parte de mi intervención. Pero aquí debo añadir algo. Una de las razones por las que somos el país más innovador en el mundo, es que hemos tenido un flujo incesante de inmigrantes selectos –seleccionados finalmente entre los más valientes, brillantes, aventureros y optimistas, porque demanda una enorme dosis de valentía recoger todas sus cosas y marcharse. Ellos son las personas que les han causado las pérdidas más relevantes a sus propios países, ya que tienen este sentido de “voy a tomar la oportunidad para hacer lo que sea mejor para mi familia”. Esa es la base sobre la que se construyen los Estados Unidos de América.

Es por eso que somos el país más original del mundo. Para mí no se puede definir lo que es un estadounidense -basados en religión, etnia o raza. Es una actitud. Es una actitud. (Aplausos)

Es por eso que nuestro gobierno adoptó un enfoque de dos vías -ofreciendo un alivio para los que están en peligro inmediato, a la vez que se instituyeron una serie de esfuerzos a largo plazo para hacer frente a las causas de la migración. Hemos hecho que sea más fácil para las personas vulnerables en América Central, ser considerados para los programas de reasentamiento, permaneciendo en la región, en lugar de emprender el peligroso viaje hacia el norte. Si califican, pueden llegar de forma segura. Si no cumplen los requisitos, en primer lugar ellos nunca deberían haber hecho el viaje. Es muy peligroso.

Apoyamos a las Naciones Unidas y Costa Rica en el establecimiento de acuerdos para la creación de refugios temporales para los refugiados que escapan de la violencia, de forma que puedan esperar con seguridad mientras se tramita el proceso y evaluados para el reasentamiento.

Y trabajamos en estrecha colaboración con nuestros socios en toda la región para mejorar su propia gestión de las fronteras, incluso en la frontera norte y sur de México. México ha respondido y se ha comprometido.

He estado junto a un funcionario, que no voy a nombrar ahora, él me dijo, el problema es que la gente está cruzando la frontera desde el sur y se quedan en México.

He dicho que la prosperidad es como un oso, ¿no es así? (Risas) Es realmente difícil.

Pero la verdad es que estamos asegurando que los que reclaman la condición de refugiado, reciban una consideración legal completa, en virtud de las normas internacionales.

Sin embargo, nuestro objetivo final es que la gente de América Central pueda construir un futuro de esperanza y prosperidad en sus propios países, para que nunca tengan que tomar esa decisión. Ellos nunca deberían tener que elegir entre los peligros de quedarse en su país y los peligros de intentar emigrar hacia el norte.

Es por eso que hemos construido una estrategia global con nuestros socios en los países del Triángulo del Norte -Guatemala, Honduras y El Salvador- la Alianza para la Prosperidad, para ayudarlos a abordar la dinámica que durante demasiado tiempo los ha mantenido retrasados. No sé cuántas veces me he reunido con representantes de la región, y ellos nos dijeron, bueno, usted hizo el Plan Colombia cuando era senador. Necesitamos un Plan Colombia para la región.

Y nuestra respuesta fue: entiendan que por cada dólar que los Estados Unidos contribuyó al Plan Colombia, Colombia puso US$10. Sus líderes políticos tomaron algunas decisiones muy peligrosas y significativas para hacer que funcione. Así que tuvimos múltiples, múltiples reuniones -reuniones detalladas.

Yo tengo una mala reputación por querer saber los detalles. Y esto lo digo con total sinceridad. Por lo tanto, no es simplemente sobre el lenguaje de exhortación. ¿Es sobre a que se comprometen exactamente? ¿Cuándo van a cambiar las prácticas policiales corruptas en los cinco barrios que existen fuera de A, B, o C? ¿Van a investigar los antecedentes de esos policías y van a permitirnos ayudarles a investigar los antecedentes de ellos? ¿Se va a cambiar su sistema judicial, etcétera?

Y basados en una serie de compromisos firmes, absolutamente alineados con fechas específicas y con la gran ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo, hemos sido capaces de convencer al Congreso de los Estados Unidos a comprometerse con otros US$750 millones, por sobre los casi US$400 millones, que ya fueron gastados.

Pero quiero ser absolutamente claro: se trata de un acuerdo negociado entre nuestros países para ayudar a eliminar la corrupción, garantizar la transparencia, la reforma de sus gobiernos para que puedan crecer sus economías y mejorar la seguridad en virtud de la aplicación igualitaria de la ley. Son los criterios que deben existir antes de que el enorme potencial de esta región pueda ser aprovechado.

Como ya dije, me he reunido -he pasado muchas horas con los presidentes del Triángulo del Norte. Nos hemos reunido tres veces este año, y me voy a reunir de nuevo este mes. Y esta es una calle de dos vías. Ellos también se han comprometido este año con US$2.6 millones de dólares de su propio dinero para concretar la promesa de la prosperidad, seguridad y gobernabilidad.

Hay un largo camino por recorrer. Sé que hay una cantidad de escépticos. Sé que hay una cantidad de escépticos. De hecho, puedo nombrar 200 de ellos en el Congreso. (Risas). Pero aceptaron mi palabra en todo esto y ellos siguieron adelante e hicieron el trato -condicionado a compromisos firmes en cuanto a lo que íbamos a hacer.

En el frente de seguridad, algunas de las iniciativas que hemos instaurado ya están generando beneficios a la población de la región.

Por ejemplo, en Guatemala y Honduras -Guatemala y El Salvador, con el fin de proporcionar una seguridad genuina para todos los ciudadanos, y ahora están haciendo frente a los departamentos de policía corruptos procediendo a la investigación de antecedentes -asumiéndolo e investigando a la totalidad- eso es lo que hicimos en Colombia por cierto, -procediendo a la investigación de antecedentes de unidades enteras, instituyendo programas de vigilancia comunitaria en los barrios que nunca vieron un policía. Lugares que nunca tuvieron ningún tipo de seguridad proporcionada por el gobierno. Esto genera un mayor sentido de comunidad y un mayor sentido de compromiso con su propio país. E infundiendo más confianza en la honestidad y la imparcialidad de las organizaciones policiales. Es un largo camino a recorrer, pero es la primera vez en mis 35 años que veo algo de todo al menos comenzando.

Vamos a ayudar a erradicar las redes criminales transnacionales que impulsan el tráfico de drogas, la trata de personas y los delitos financieros. Ya tenemos un programa significativo por un valor de decenas de millones de dólares. Pero estamos redoblando nuestra apuesta en esto.

Y con el fin de tener éxito, tenemos que involucrar a los grupos de la sociedad civil, la policía, las empresas, los ciudadanos individuales. Recuerdo la primera vez -hace ya varios años, cuando el Presidente me pidió que me hiciera cargo de esta responsabilidad, me reuní con el Presidente y el Gabinete de uno de estos tres países -no voy a mencionar el país específico- y luego les dije que quería reunirme con la sociedad civil. Ellos dijeron, espera, espera, espera, espera, espera un minuto. ¿Qué tienen ellos que ver con todo esto?

Me reuní con las cámaras de comercio. Los empresarios de esos países me decían lo que teníamos que hacer. Y yo les dije, ¿dónde están invirtiendo su dinero? ¿No está pagando los impuestos? ¿Dónde están invirtiendo su dinero?

Cuando las corporaciones X, Y, Z en Guatemala, Honduras y El Salvador invierten en El Salvador, Guatemala y Honduras, en lugar de los Estados Unidos o Europa, entonces ustedes podrán ser capaces de empezar a cambiar el ambiente de negocios en el que las compañías americanas que quieran involucrarse digan, sí, tiene sentido invertir aquí.

Todo el mundo, incluyendo nosotros, los Estados Unidos, tenemos que luchar por un futuro mejor para esta región.

Yo sé que los medios de prensa siempre dicen que yo siempre cito a poetas irlandeses. Creen que lo hago porque soy irlandés, que lo soy. Pero esa no es la razón. Lo hago porque -con el debido respeto a todos ustedes- son los mejores poetas del mundo. (Risas). Esa es la razón por la que hago. La Secretaria lo sabe.

Una de mis citas favoritas sobre nosotros, los irlandeses fue escrito por James Joyce. Él escribió lo siguiente. Dijo: “La historia es una pesadilla de la que intento despertar”.

Si ustedes conocen la historia de los irlandeses, entenderán lo que quería decir. La historia es una pesadilla de la que intento despertar. Hay millones de personas en el hemisferio tratando de despertar de la pesadilla de los gobiernos que han tenido que soportar a lo largo del siglo pasado. Podemos ayudarles a despertar en un día mejor y ayudar a hacer que nuestro futuro sea también muchísimo mejor.

Pero creo que hoy en día nos encontramos en el amanecer de una nueva era para los pueblos del hemisferio -nuestro hemisferio, que no debería estar encadenado a la historia. No debemos dudar en trabajar juntos y soñar en grande. Nuestras relaciones en la región son más fuertes de lo que lo han sido nunca. Pero este progreso sigue siendo frágil. Y todos ustedes lo saben. Ustedes lo sabe mejor que yo, muchos de ustedes. Y requiere un compromiso sostenido de todas las partes, en particular los Estados Unidos. No podemos aislarnos de los problemas que no están conectados por las fronteras -la amenaza de enfermedades transmisibles como el Zika, el tráfico de drogas, el cambio climático. Ningún muro puede ser construido. Nada que pueda aislarnos. (Aplausos).

Estos desafíos sólo pueden ser satisfechos por un cambio de actitud y que todo el mundo haga su parte y coopere más con las normas fundamentales básicas del comportamiento. Y las oportunidades que hemos cultivado podrían escapar si no somos capaces de seguir adelante con nuestros compromisos, si nos retiramos de la región.

Sólo vamos a aprovechar las oportunidades increíbles de este siglo. Sólo nos daremos cuenta de todo el potencial de este hemisferio si permanecemos involucrados. Exigimos de nuestros amigos un comportamiento apropiado y nos comprometemos -sobre la base de nuestra capacidad, que es inmensa- a ayudarlos a satisfacer sus necesidades.

Sólo vamos a salir adelante juntos. Suena tan trillado decirlo. Pero es literalmente cierto. Eso es lo que está en el interés de los Estados Unidos y el pueblo estadounidense. Y por eso hemos trabajado diariamente desde que asumimos este gobierno.

Y eso es lo que vamos a seguir impulsando todos los días hasta que dejamos el gobierno el 21 de enero. Y si Dios quiere, vamos a ser sucedidos por una mujer que comparte nuestros puntos de vista. (Aplausos).

Así que gracias a todos ustedes, y voy a terminar donde comencé. Ustedes han hecho una diferencia gigantesca. Las personas en esta sala han hecho una diferencia gigantesca –llevándonos hasta el punto en el cual solamente veo como, francamente, el principio- el comienzo de un enorme potencial.

Dios los bendiga y que Dios proteja a nuestras tropas. Muchas gracias. (Aplausos).